Conforme
evoluciona el curso nos encontramos con nuevas experiencias formativas, en este
caso con la compañía experta en maquinaria de jardinería STIHL, que ha querido
ampliar y mejorar nuestros conocimientos con respecto al manejo de aparatos
como la motosierra, corta setos, segadoras, desbrozadoras y sopla-hojas.
Abordamos este cursillo intensivo de la mano de Álvaro López García, que cuenta
con muchos años de experiencia a sus espaldas, y de David Puigtió Nicolau,
formador de trabajos en altura con legado familiar en cuanto al sector.
Gozamos de dos primeros días de clases teóricas para empezar a conocer la
materia más a fondo, tanto en cuestiones técnicas de las máquinas como en
medidas de prevención de accidentes y sistemas de seguridad a la hora de
realizar nuestro trabajo.
La poda en altura es una labor de alto riesgo, dado que nos topamos con
distintos peligros a la hora de realizar nuestra actividad; ya sea por la
inclinación de las ramas o árboles, la misma pendiente del terreno o la
meteorología. Es por esta misma razón que hay que conocer la maquinaria con la
que se va a trabajar y que esté adaptada para ello, evitando manipularla de
forma indebida o creando inventos que no cuenten con las inspecciones de
seguridad normalizadas.
Tras
la teoría toca pasar a la práctica que es, para muchos, la parte preferida en
cuanto a este tipo de cursillos formativos. Así pues, nuestros alumnos han
querido ponerse manos a la obra y aventurarse con máquinas como la motosierra,
la cual no habían empleado con anterioridad, y depurar la técnica con respecto
al manejo de la desbrozadora de cuchilla, así como poner en práctica los nuevos
trucos referentes al mantenimiento de estas herramientas.
¡No
está mal para ser primerizos! Ni un árbol de 7 metros se resiste a los pupilos
de la escuela, que han demostrado cómo llevar a la práctica los conocimientos
adquiridos a la hora de talar.
¿Labrar?
Es algo en lo que nuestros chicos han demostrado su experiencia y, con soltura,
han dejado nuevas zonas de las instalaciones a la perfección. Una motoazada de
uso particular ha resultado ser nuestra pequeña ayudante en la formación de
ámbito agrario.
Es
hora de suspendernos en las alturas para practicar nudos, técnicas de escalada,
puntos de anclaje, etc… Aunque en este
caso todos han sido unos aventureros que han ascendido por un pino, el trabajo
en altura no siempre es así, consta de un equipo en binomio que ha de
repartirse la labor en cuanto a la asistencia y a la poda en sí; uno de los
compañeros deberá permanecer en el suelo para poder ayudar al otro, que estará
colgado encargándose del mantenimiento de ramas altas. De este modo hemos de
destacar que es muy importante la comunicación en este tipo de actividades,
dado que, en cualquier momento un pequeño factor puede suponer un alto riesgo
para el trabajador que se encuentra suspendido. Es por ello, que todas las
partes deben estar formadas en materia de rescate en altura, por si las
circunstancias lo requirieran, y tener un control diario del equipo que se va a
emplear (cuerdas, arneses, mosquetones, anclajes, casco, calzado, etc.)
La
semana ha transcurrido rápidamente y con ello finaliza el cursillo que nos ha
dejado con ganas de más, no sería de extrañar que más de uno quiera ampliar su
formación para dedicarse a esta parte del sector tan especializada.
Agradecemos a los dos formadores que estuvieron muy acertados a la hora de
impartir el curso a nuestros alumnos. ¡Nos vemos pronto!